Repetición mientras habla: 5 Errores comunes que arruinan tu discurso

Jul 15, 2025 | Técnicas de Oratoria

¿Has sentido que tu discurso suena repetitivo, aunque uses palabras distintas? Eso ocurre cuando caemos en un error oratorio muy común: el abuso de la repetición mientras habla. Aunque estas figuras retóricas pueden reforzar ideas si se usan con intención, emplearlas en exceso o sin control puede restar fuerza al mensaje, aburrir al público o hacer que pierda claridad.

 

La repetición descontrolada de palabras o frases

 

Hablar en público es una habilidad valiosa y muy demandada en la actualidad. Ya sea que te dirijas a un equipo de trabajo, presentes una propuesta ante clientes o participes en una conferencia, tu manera de expresarte puede marcar la diferencia entre captar la atención o perderla. En este escenario, la repetición descontrolada de palabras o frases es uno de los errores más comunes y menos detectados.

Tal vez has escuchado a alguien repetir constantemente palabras como «entonces», «digamos», «básicamente», «literalmente» o «o sea». El resultado: distracción, falta de claridad y una imagen poco profesional.

En este artículo te mostraré 5 errores frecuentes que debes evitar al usar repetición en tus intervenciones orales, y cómo transformar esas fallas en recursos efectivos para impactar con tu voz y tu mensaje.

 

1. Muletillas que restan fuerza al discurso

 

Las muletillas son palabras o frases que repetimos de manera inconsciente para rellenar silencios o como apoyo cuando no sabemos cómo continuar. Algunas de las más comunes son: «eh», «este», «vale», «digamos», «ok», «entonces».

Problema: Le restan credibilidad y seguridad a tu mensaje. Pueden dar la impresión de que estás improvisando demasiado o que no dominas el tema.

Ejemplo: «Entonces, eh, digamos que este proyecto, eh, está básicamente en marcha, o sea, funcionando, eh, bien».

Solución:

Practica con grabaciones de tus presentaciones para detectar muletillas. Practica con grabaciones de tus presentaciones para detectar muletillas. Sustituye los vacíos con pausas conscientes. El silencio también comunica.

Consejo clave: Un orador profesional aprende a hacer pausas para pensar, en lugar de llenarlas con palabras vacías.

2. Redundancias disfrazadas de énfasis

 

Muchas veces creemos que repetir una palabra o idea ayuda a reforzar el mensaje. Si bien la repetición puede ser una herramienta retórica efectiva cuando se usa intencionalmente, el problema surge cuando no hay control ni propósito claro.

Ejemplo: «Este es un gran cambio. Un cambio muy importante. Un cambio que cambiará todo».

Problema: El abuso de palabras similares o sinónimos reiterativos puede sonar pobre o forzado. El mensaje pierde potencia y la audiencia se desconecta.

Solución:

Enriquece tu vocabulario. Usa sinónimos con sentido. Evita repetir la misma palabra en una misma frase, a menos que tenga un valor retórico claro (como en una anáfora o enumeración con intención). Si desea saber cómo, lea el artículo “Cómo Dominar la Entonación en la oratoria»

Tip extra: Redacta tus discursos y léelos en voz alta. Las redundancias suelen hacerse evidentes al escucharlas.

3. Abuso de conectores innecesarios

 

«Entonces», «además», «básicamente», «literalmente», «de hecho», «verdad» ,etc. Cuando se repiten sin control, estos conectores pierden su función original de cohesionar ideas y se convierten en ruido verbal.

Ejemplo: «Básicamente, lo que queremos, básicamente, es que el equipo, básicamente, entienda la importancia del cambio».

Problema: La fluidez del discurso se ve afectada, y la audiencia se enfoca más en las muletillas que en el contenido real.

Solución:

Prepara transiciones claras entre ideas. Los conectores deben ayudar a la comprensión, no a rellenar espacio. Menos es más.

Consejo clave: Haz una lista de conectores que usas con frecuencia y busca variaciones o formas de reducir su uso.

 

4. Repetir por nerviosismo o falta de preparación

 

En muchos casos, la repetición no es un hábito, sino un síntoma. Aparece cuando no se tiene claro qué se va a decir o cuando los nervios superan la preparación.

• Para saber más, lea los artículos titulado «Cómo superar el miedo a hablar en público» , » Cómo Hablar en Público con Convicción y Autoridad» y » Ansiedad al Hablar en Público: Descubre Cómo Superarla»

Ejemplo: «Bueno, bueno, lo que pasa es que esto, esto es importante porque… porque hay cosas que no sabemos».

Problema: Genera inseguridad en la audiencia. Si el orador duda, el oyente también.

Solución:

La mejor herramienta para combatir el nerviosismo es la preparación. Ensaya varias veces. Organiza tus ideas en una estructura clara: introducción, desarrollo y conclusión.

Tip práctico: Practica en voz alta frente a un espejo o con un colega. Recibir retroalimentación te permite corregir repeticiones.

 

5. Repetir sin adaptarse a la audiencia

 

Cuando un orador no adapta su lenguaje al público, puede caer en la trampa de repetir lo mismo esperando que suene más claro. Esto ocurre especialmente con tecnicismos, jergas o ideas abstractas.

Ejemplo: «La metodología SCRUM es importante, SCRUM ayuda al desarrollo, SCRUM organiza equipos, SCRUM mejora la agilidad».

Problema: El oyente puede sentirse perdido o subestimado. Demasiada repetición puede parecer falta de respeto o poca consideración.

Solución:

Conoce bien a tu audiencia. Ajusta tu vocabulario y explica conceptos con ejemplos, comparaciones o anécdotas. • Si desea saber más, lea el artículo “Cómo usar ejemplos y comparaciones para ilustrar tu presentación»

Cita clave: Dale Carnegie decía: «Habla con tu público, no sobre tu tema».

Técnicas para reducir la repetición y mejorar tu oratoria

 

Haz pausas efectivas:

En vez de llenar con palabras innecesarias, detente y respira. El silencio aporta fuerza. Vea de qué maneras nos ayudan las pausas en el artículo «Cómo Usar las Pausas al Hablar en Público»

 

Graba y escucha tus discursos:

Es la mejor forma de detectar patrones repetitivos.

 

Amplía tu vocabulario:

Escribe y escucha buenos oradores. Cuanto más recursos tengas, menos repetirás. Si quiere saber más, lea el artículo “Cómo Ampliar tu Vocabulario para Hablar en Público»

 

 Conclusión

 

Hablar bien en público no significa hablar mucho, ni repetir más, sino comunicar con claridad, seguridad y empatía. Repetir palabras sin control es un vicio que se puede corregir, y hacerlo mejora de inmediato tu credibilidad, presencia escénica y capacidad de influir.

No subestimes el poder de una pausa, una buena elección de palabras o una frase bien pensada. La oratoria es una mezcla de arte y técnica, y está al alcance de cualquiera que desee mejorar.

En tu próxima intervención, grábate, escucha y detecta las repeticiones. Luego, reemplaza esas palabras con pausas, sinónimos o transiciones más elegantes. Te sorprenderá el cambio.

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